Mi obra fusiona pintura y fotografía, exploro la fragilidad y la transformación.
A través de mis trabajos, investigo la naturaleza efímera del tiempo y la belleza en las cicatrices que va dejando. Cada serie es un capítulo de una narrativa visual que invita al espectador a un viaje introspectivo y emocional. Fascinada por cómo el tiempo y las experiencias moldean nuestra percepción y esencia. Esta curiosidad es el núcleo de mi práctica artística, donde cada trazo y captura fotográfica intenta desentrañar los hilos invisibles que nos conectan con nuestro pasado, presente y futuro. En un mundo que se mueve rápidamente, mi obra es un refugio para explorar y expresar la complejidad de la existencia humana.
La fragilidad también es un tema recurrente. La veo no como una debilidad, sino como una condición intrínseca de la vida que nos permite crecer, adaptarnos y encontrar belleza en lo imperfecto. Mis series capturan momentos de vulnerabilidad y transformación, mostrando cómo lo frágil puede ser reconstruido y convertirse en una fuente de fortaleza.
Mis obras reflejan tanto mis propias experiencias como la condición humana universal.
Invito al espectador a sumergirse en mis creaciones, a explorar sus propias emociones y a encontrar en la fragilidad un lugar de belleza y renovación. Para mí, el arte es un puente entre mi visión personal y la experiencia universal, una exploración de cómo, a través de la fragilidad, encontramos nuestra mayor fortaleza y renovación.
En 2020 su obra es finalista en el XXXII Certamen de Pintura de Sant Marçal, Mallorca y en la VIII Bienal Iberoamericana de Obra Gráfica, Ciudad de Cáceres.